Del 10 de enero al 21 de febrero de 2025

Galería Utopia Parkway
C/ Reina, 11 · 28004 Madrid · España
Tel +34 91 532 88 44 · galeriautopiaparkway.com

Al Sur del Duero

Ruina de las Eras

Ruina de las Eras
Óleo sobre lienzo. 40×40 cm.

Enebro

Enebro
Óleo sobre lienzo. 30×24 cm.

Las Pozas

Las Pozas
Óleo sobre lienzo. 30×40 cm.

Casa Tiá Leoncia

Casa Tiá Leoncia
Óleo sobre lienzo. 30×40 cm.

Casa Mayor

Casa Mayor
Óleo sobre lienzo. 20×30 cm.

Camino de La Vid

Camino de La Vid
Óleo sobre lienzo. 81×100 cm.

Campo Blanco

Campo Blanco
Óleo sobre lienzo. 72×123 cm.

Fuentemizarra

Fuentemizarra
Óleo sobre lienzo. 50×20 cm.

Camino de Maderuelo

Camino de Maderuelo
Óleo sobre lienzo. 48×136 cm.

Cruz de la Gallega

Cruz de la Gallega
Óleo sobre lienzo. 144×67 cm.

A mi tío Ángel,
Titán del Universo

Da vergüenza llamarse a sí mismo fronterizo aunque sepas que lo eres y no te quede más remedio, porque en realidad andar constantemente entre tantas cosas, enredado a menudo, no tiene que ser bueno por muy de moda que esté el término y parezca obligado encontrarse en estos laberintos. Que soy consciente de ello lo recuerdo desde niño, de hecho creo que nunca me he sentido de otro modo, pero que lo perciba como algo que en el fondo no me ayuda en nada es algo de lo que tengo más dudas. Recuerdo una visita a un pintor chino que hicimos Antonio López y yo, a la vuelta en mi coche cruzamos el barrio de mi infancia y según le indicaba a Antonio dónde estaba mi antigua casa, el parque donde jugaba y los distintos lugares él iba exclamando que le parecía «todo junto, lo rico y lo pobre, todo junto sin distinción, lo alto y lo bajo, todo mezclado». Y cuando lo pienso detenidamente creo que siempre ha sido así.

Soy madrileño de padres nacidos en Castilla la Vieja, la relación con el Duero es inevitable. El río siempre ha aparecido de muy distintas maneras, en forma del recuerdo infantil de mis padres, como paisaje de experiencias dramáticas en muchos casos pero con una memoria mucho más suavizada por el tiempo, y en otras ocasiones como fuente inagotable de vida, como generador de circunstancias que resolver, convertidas ya en anécdotas. El río y su deriva, el río y las tierras que lo sostienen, los seres que lo habitan.

«Al sur del Duero» es una colección de paisajes y retratos muy cercanos, que han crecido conmigo y están en constante descubrimiento. Las obras siempre las he entendido como lugares existenciales en unas condiciones climáticas y geológicas de áspera dureza, contraste de temperaturas extremas y un halo poético que surge de una dificultad para la vida que la convierte en algo valioso, exento de elementos añadidos, un espacio que se conecta a un tiempo primitivo, de tierras del Mioceno ideales para el cereal, la viña o el pastoreo. Como decía Aquerreta, según la mística de la muerte surge la vida, y de ese modo lo veo yo, la nueva vida que surge en condiciones de gran dificultad, más cerca del origen de ésta, más cerca de la verdad.