Fuencarral es un pueblo de Madrid, un barrio más desde hace tiempo y por decreto desde los años 50. Conocido por compartir nombre con una calle muy transitada de la capital, no es fácil discurrir la conexión entre ambos; la calle Fuencarral era el antiguo camino de Francia que pasaba por el pueblo de Fuencarral y por ello su nombre compartido. El pueblo recibió personas venidas de otros pueblos de España pero más lejanos de la capital y cuanto más crecía, más cerca estaba de ésta. Eso sería el mayor atractivo del «éxodo rural» y de aquellos años de cambios y nuevas vidas quedan ahora paisajes difíciles, pegados a lo que será la Nueva Castellana.

He comenzado a pintar la Exposición de 2016 y me he centrado en dos espacios de mi infancia, uno de ellos es la carretera de la playa, la de Madrid, que parte de Fuencarral y llega a Puerta de Hierro. Uno, el pueblo anexionado por necesidad y poblado/despoblado en ida y vuelta, el otro, una zona de Madrid para las clases altas, unidos por la carretera de la playa o Avenida Cardenal Herrera Oria, según se vea. A mitad de camino he vivido la mayor parte de mi vida.